Bases genéticas de la evolución

De acuerdo con la teoría evolutiva moderna, la selección natural es la fuerza principal que explica el cambio en las frecuencias de los alelos. Sin embargo, otros agentes pueden cambiar las frecuencias de los alelos en una población. Entre estos agentes pueden distinguirse principalmente la mutación, el flujo de genes, la deriva genética y el apareamiento no aleatorio.
Las mutaciones ocurren al azar, o por casualidad. Significando que a pesar de la tasa de mutaciones puede ser influida por factores ambientales, las consecuencias de las mutaciones no dependen de las características del ambiente y, por lo tanto, de su potencialidad para constituirse en un beneficio o en un perjuicio para el organismo y su progenie.

El flujo de genes -la entrada o salida de los alelos del reservorio génico - pueden introducir nuevos alelos o alterar las proporciones de los alelos ya presentes y, frecuentemente, este proceso tiene el efecto de contrarrestar a la selección natural. La interrupción de flujo génico por alguna barrera geográfica es un hecho muy importante en el proceso de formación de especies nuevas.

La deriva genética — junto con la selección natural, la mutación y la migración — es uno de los mecanismos básicos y esenciales de la evolución. Algunos individuos de cada generación pueden, simplemente por el azar, dejar unos pocos descendientes más (y genes, claro) que otros individuos. Los genes de la siguiente generación serán los genes de los individuos «afortunados», no necesariamente los más sanos ni los «mejores». Eso es, en pocas palabras, la deriva genética, y tiene lugar en TODAS las poblaciones — los caprichos del azar son inevitables.

El Apareamiento no Aleatorio es cuando los individuos seleccionan sus parejas con base en el fenotipo (con lo cual seleccionan el genotipo correspondiente), pueden generar el cambio evolutivo en la población. En muchas poblaciones, son más frecuentes los apareamientos entre vecinos cercanos que entre miembros más distantes de la población. Como resultado, los vecinos tienden a estar más emparentados (esto es, a ser genéticamente similares) entre sí. El apareamiento de individuos con similitudes genéticas y una relación más cercana que si se hubieran reunido al azar entre la población completa se conoce como endogamia.
